
Como cabía esperar la fumata fue de color negro, motivo por el cual los cardenales comunicaban al exterior que en la primera votación llevada a cabo en el segundo día de cónclave ninguno de los elegidos consiguió los dos tercios necesarios para ser nombrado Pontífice. Eran las 11.40 horas cuando desde la chimenea de la Capilla Sixtina el humo oscuro menos denso que el de ayer comunicaba al mundo el veredicto fallido de elección del nuevo Pontífice.
Con la primera votación y posterior fumata se dejó constancia de que nos encontramos ante el Cónclave más abierto e imprevisible de los que se han venido celebrando en los últimos tiempos. Tras esta primera comunicación, es mucho más difícil prever el nombre del nuevo Papa, ya que son en torno a la decena los que ocupan las listas de los futuribles. Sin embargo, cuatro son los que más papeletas tienen, valga la redundancia, de ser elegidos. El abanico puede estar entre Angelo Scola (Italia), Sean O'Malley (Estados Unidos), Marc Ouellet (Canadá) y Odilo Scherer (Brasil). Este cónclave no será muy largo, ya que desde comienzos del siglo XX ninguno ha durado más de cinco días. Desde la Santa Sede se desea que el nuevo Pontífice debe ser un Papa con vigor, con una salud fuerte y con una experiencia pastoral y burocrática importante. Lo que está causando una gran opinión al respecto de la celebración del cónclave es que será recordado como el más transparente, ya que por primera vez los fieles han podido saber numerosas curiosidades en cuanto al desarrollo de los actos relacionados con este acontecimiento histórico en la historia de la humanidad.
La jornada de ayer
La jornada de ayer martes transcurrió según lo previsto. Los cardenales electores se trasladaron durante la mañana a la residencia Santa Marta, donde permanecerán alojados durante la celebración del cónclave. En torno a las 10.00 horas tuvo lugar la Misa “Pro Eligendo Pontífice” en la Basílica de San Pedro a la cual asistieron todos los cardenales y estuvo presidida por el decano del colegio cardenalicio Ángelo Sodano. A su vez en la plaza de San Pedro, más de 20.000 fieles asistieron durante la mañana a la santa misa. Tras la misma los cardenales almorzaron en la Casa Santa Marta sobre las 13.30 horas. Ya en la tarde del primer día del cónclave, cuando el reloj marcaba a las 16.30 horas se llevó a cabo la solemne ceremonia de entrada en el cónclave y el posterior juramento de los cardenales electores. Una vez dentro de la capilla Sixtina tuvo lugar el juramento y a las 17.30 minutos de tarde pudo oírse la famosa frase "Extra omnes" (todos fuera) pronunciado por el maestro de ceremonias pontificias, monseñor Giudo Marini. Fue el momento en el que las puertas de la Capilla Sixtina se cerraban dejando en su interior en la más íntima soledad a los 115 cardenales encargados de elegir al nuevo Papa. En la tarde del lunes fueron los cocineros, limpiadores, floristas, médicos y sacerdotes, que participarán en el Cónclave, aparte de los cardenales, los que prestaron juramento con el que se comprometen a guardar secreto sobre todo lo que suceda en la asamblea.
A partir de hoy
Tras la primera votación, mañana seguirán las votaciones y durante los días en los que se celebre el cónclave el horario de los cardenales será el siguiente: 6.30-7.30, desayuno; 7.45, traslado al palacio apostólico; 8.15, concelebración de la Misa en la Capilla Paulina como cada mañana; 9.30, en la Capilla Sixtina rezan media hora y llevan a cabo las votaciones de la mañana, hasta que a las 12.30 regresan a Santa Marta; a las 16.00, se trasladan nuevamente a la Capilla Sixtina; a las 17.50, concluyen las votaciones de la tarde; y a las 19.15, el rezo de las vísperas.