"El expediente de coronación de la Virgen del Carmen se llevó 12 años metido en un cajón"

José Francisco Trigo y Manuel Cotorruelo.

A Manolo Cotorruelo todavía le embarga la emoción cuando recuerda el proceso de coronación de la Virgen del Carmen hace ahora diez años. Como hermano mayor tuvo el enorme privilegio de recibir en mano el decreto que ponía fin a un incomprensible período de silencio por parte de la autoridad eclesiástica. 

Cotorruelo recuerda aquel tiempo con resignación y extrañeza: “En el año 93 ya planteamos la coronación. Se elaboró un dossier, se recogieron y firmas y se plasmó en un expediente. Por desgracia, ese documento se llevó más de 10 años, concretamente 12, en un cajón del Obispado. No recibimos ninguna comunicación en todo ese tiempo en el que Servitas también pidió la coronación para su imagen dolorosa”.

El que fuera máximo responsable de la archicofradía, continúa relatando, que “el sacerdote carmelita Ismael Bengoechea le pedía continuamente al obispo la coronación cada vez que venía a predicar a la parroquia del Carmen. Su indiferencia era total, no mostraban ningún interés”.

Una de las fechas claves en todo este proceso se sitúa en mayo de 2005, entonces, explica Cotorruelo, “el obispo Antonio Ceballos nos pidió que volviésemos a enviar la documentación. Por lo que se ve estaba completamente al margen de la historia, nadie se la había hecho llegar. Accedimos y volvimos a elaborar el documento”. Otro momento crucial fue “el nombramiento de Sebastián Llanes como delegado episcopal, el 27 de junio de 2005 me reuní con él y parecía que todo podía reconducirse y llegar a buen puerto”.

Y así fue. El 24 de febrero de 2006 se le solicitó a la archicofradía que enviase un proyecto catequético, un segundo de viabilidad económica, un tercero de acción social y el relativo al coste de la propia corona”. Paralelamente, el pregonero de la Semana Santa y en la actualidad hermano mayor, José Francisco Trigo, hizo referencia en su alocución en el Falla a la necesidad de que la Virgen del fuera coronada”.

Cotorruelo sostiene que “Ceballos y Llanes fueron las personas clave para que la coronación se convirtiese en una realidad. El propio obispo emérito ha demostrado públicamente su devoción y admiración. Ha estado saliendo en la procesión hasta hace muy poco, la enfermedad no le permite ahora desplazarse con comodidad”, añade.

Clamor de los cofrades

El clamor de los cofrades, y porque no decirlo de una ciudadanía que no encontraba una explicación convincente, comenzaba a llegar a su final. El 23 de mayo de 2006 se le otorgó el Año de Gracia a la corporación de gloria, un período que se iniciaba en diciembre de 2006 y culminaba en diciembre de 2007.

Cotorruelo rememora que, tras esta medida, “me pasé acudiendo al obispado durante todos los días del mes de julio de 2006. Y llegó el 8 de septiembre, ese día tan significado para la Virgen. En esa jornada me dieron el decreto en mano. No pude parar de llorar, no sabía a quién llamar, fue una emoción que todavía hoy me cuesta describir. Nunca olvidaré la lectura del mismo, por parte del director espiritual Eugenio Mas, en la sabatina de la semana siguiente. La parroquia parecía que se caía, aquel aplauso no acababa. Era el final feliz a 14 años de historia. Para mí algo solo comparable a la boda y el nacimiento de mi hijo”.

Uno de los retos era encontrar a un pregonero acorde para la excelencia de lo que se celebraba. Cotorrruelo reconoce que “desde un principio tuvimos claro que la persona elegida debía ser Pepe Trigo, el actual hermano mayor”.

El propio Trigo confiesa que “Manolo llegó agarrándome y no me dejé soltar. Lo de pregonar a mi Virgen en la coronación ha sido de las cosas más grandes que me han pasado en la vida. Yo acabo de cumplir 43 años como hermano y todo ha girado alrededor de ella”.

Sobre la coronación, el actual hermano mayor considera que “fue perfecta, sobre todo el Camino y Encuentro, esa catequesis ambulante, nunca olvidaré cuando la trasladamos hasta el hogar de las monjas que no paraban de rezarle y piropearle”.

La imagen de gloria recordó en aquel glorioso julio de 2007 la capilla del Caminito, la iglesia de San Francisco, el convento de las Descalzas, San Lorenzo, San Antonio, el Oratorio de San Felipe, las Hermanas de la Cruz, la clínica de San Rafael, el Santuario de la Patrona o el convento de Santa María”. Trigo admite que “hubo cosas que me pudieron como la de aquella hermana de la Cruz a la que le impusimos la medalla poco antes de fallecer, o el de aquel hombre de color al que se le cayó una plancha encima en San Rafael y estuvo a punto de fallecer. No quisiera olvidarme de la Patrona con la que nos unen vínculos tan grandes, allí estuvimos más de un siglo y medio acogidos”.

En cuanto al día de la coronación propiamente dicho indica que “no tomé conciencia hasta la jornada anterior cuando la Virgen entró en la Catedral”. Cotorruelo también rescata ese momento en el que el obispo Antonio Ceballos le susurró al oído “ha llegado el gran día”.

Trigo no olvidará fácilmente tampoco el día que pregonó a la Virgen: “Era la segunda vez que lo hacía, el culmen a un proceso maravilloso en el que todo nos salió perfecto, hasta la corona que fue sufragada por la familia Joly”.

La impronta de la Virgen del Carmen es tal que el apartado de reconocimientos daría para un libro pero habría que citar a Teófila Martínez (que se implicó con todo lo que era la logística), el por entonces hermano mayor del Nazareno, Santiago Posada, instituciones públicas y personas tan queridas por la archicofradía como José Joaquín León o Emilio López.

Pepe Trigo ostenta en la actualidad el cargo de hermano mayor desde que fue reelegido hace ahora un año. Cree que “la coronación supuso un punto de inflexión y la archicofradía continúa con ese nivel de autoexigencia tan grande que tenemos. Siempre queremos más”. Y remata esta entrevista con una declaración de intenciones muy precisa: “Ahora que se habla tanto de estilos no hay que olvidar que debajo del Carmen el estilo es lo de menos, se carga por devoción a la Virgen”. 

Acto del día 22

Finalmente, hay que recordar que el próximo sábado, día 22 de de julio, tendrá lugar la eucaristía de acción de gracias. Será oficiada por el sacerdote Francisco Víctor López y cantará el coro Virgen del Carmen. Posteriormente, tendrá lugar el traslado de la Virgen hasta el altar de la iglesia. Este año será, previo paso por las calles más cercanas de la feligresía con la intervención musical de la Banda de Música Virgen de la Salud de Barbate".